Una vez creada la tela, se tiñe o imprime de acuerdo con el diseño deseado, utilizando tintes respetuosos con el medio ambiente, especialmente en marcas comprometidas con la sostenibilidad. Posteriormente, la tela se corta en patrones específicos que forman las piezas de la prenda: cuerpo, mangas y cuello.
Estas piezas se ensamblan y cosen, utilizando puntadas reforzadas para asegurar la durabilidad. Una vez terminado el proceso de confección, los polos pasan por un control de calidad que revisa cada detalle, desde las costuras hasta el acabado final.
Finalmente, los polos son etiquetados y empaquetados, listos para la distribución. La fabricación de polos de algodón es un proceso detallado que involucra tanto tecnología como habilidades artesanales, y que busca satisfacer las demandas de los consumidores por prendas confortables, de calidad y de origen responsable. Este tipo de polos se destacan en el mercado por su versatilidad, siendo prendas que combinan estilo y funcionalidad.
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